El porqué de nuestro nombre
Hoy somos testigos que se puede informar y comunicar en 140 caracteres. Esto implica una revalorización de la lengua, una forma de condensación del lenguaje. La astucia del escriba pasa por decir mucho, en decirlo todo en 140 caracteres. Esto se logra no con la simplificación del lenguaje sino con el aprovechamiento del mismo al máximo. Para comunicar, el emisor debe buscar las palabras correctas, justas, exactas, más significantes con el fin de que una serie de palabras que conforman un enunciado de 140 caracteres se conviertan en una idea fuerte, simple, sencilla, concisa y precisa.
Estos valores de precisión, claridad y concisión son los ejes vertebrales de la comunicación en Twitter. Asistimos a una nueva transformación de la concepción de información de los medios escritos.
Los medios gráficos digitales se nutren de Twitter y este se nutre de los medios gráficos digitales, por ese motivo claridad, precisión, concisión e inmediatez hoy son los postulados básicos del periodismo escrito.
Para quién está acostumbrado a la filosofía de los 140 caracteres, no está habituado a lecturas largas, complejas, con reflexiones, análisis y opinión. Por ese motivo, los medios gráficos digitales se han vistos obligados a condensar en 4 ó 5 párrafos cortos, simples, precisos, claros y concisos la información más relevante para que el lector de Twitter –o de Redes Sociales como Facebook- consuma la información que estos emiten y que la misma sea relevante y útil para el sujeto de la recepción.
Cada Tweet es un título y cada título de un noticia es un Tweet: los medios se retroalimentan.
La filosofía de los 140 caracteres vino a modificar el ecosistema comunicativo y, porque no, a revalorizar viejos esquemas de pensamiento más asociados a la Era Gutemberg que a la Sociedad de la Información. Además es una hibridación entre viejas formas de usar el lenguaje y de producir información con la inmediatez y la interacción de los medios de la era de la Sociedad de la Información.